Esta generación es la última generación antes de la venida del Señor y el Señor espera de nosotros unas
virtudes y unas características muy especiales.
1.- Somos una generación que nos entregamos por amor. Jesús vino a esta tierra con una convicción en su corazón, de amarnos a pesar de todo. La Palabra dice que Él nos amó primero, y nosotros necesitamos entender que esa misma esencia del amor, está en nosotros y nos entregamos sin nada a cambio. Así como el Señor lo arriesgó todo por nosotros, debemos hoy arriesgarlo todo por él y eso nos lleva a amar a la gente, a
confiar en la gente, a seguir insistiendo en el mensaje de salvación.
2.- Somos una generación que obedece desde el corazón. Necesitamos entender que seguimos al Señor porque tenemos una convicción profunda dentro de nosotros y nadie nos obliga. La obediencia en Dios es una bendición. Cuando la palabra de Dios dice: “es que yo deseo que ustedes sean hacedores de la palabra”, lo que está diciendo es: yo deseo que ustedes obedezcan la palabra, porque Él sabe que si le obedecemos de corazón, le vamos a conocer en todas las áreas de nuestra vida. Entonces, obedecemos de corazón, simplemente creemos sin ver.
3.- Somos una generación que sabe utilizar la fe. La fe es un regalo, no era nuestra, Dios nos la dio. Debemos colocar esa fe en un gran Dios, ese Dios que abrió el mar Rojo y que hoy está dispuesto a abrirlo para usted y usted cree. Vive lo que confiesas cada día, de lo contrario estamos engañando nuestra mente y nuestro corazón, se trata de confiar en Él y Él hará, porque Él es fiel a su palabra, pero nosotros necesitamos creerle correctamente, estableciendo un estado de dependencia absoluto en Dios.
4.- Somos una generación que no toma la ofensa. El diablo siempre quiere enredarnos, para que no podamos seguir al Señor y las ofensas, son ese enredo y mentiras del diablo. Debemos ser rápidos para perdonar y tardos para ofendernos. A veces, colocamos los ojos en las personas y no en el Señor, que es el que nos abre las puertas. Perdonar debería ser una de nuestras características más sobresalientes.
5.- Somos una generación que ha tomado la decisión de no contaminarse. Vivimos un tiempo donde todo está servido en bandeja de plata. Necesitamos apartar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma y nuestros ojos, de las cosas que a Dios no le agradan, para poder, como dice la escritura, ser santos. Una decisión de corazón de no contaminarse.
6.- Somos una generación que sabe orar, es valiente y esforzada. Cuando Jesús iba a la cruz, tuvo un tiempo de oración donde Él entregó toda su voluntad y se rindió por completo. Cuando Él fue a la cruz del calvario ya era un vencedor, ya nos había visto por fe, ¿dónde lo vio? En la oración. Cuando oramos con esa convicción de corazón, las cosas van a cambiar, si estamos orando conforme a la palabra, las circunstancias tienen que retroceder. Lo conquistamos en oración primero. Valientes y esforzados, porque le conocemos en intimidad.
7.- Somos una generación que sabe reconocer la misericordia de Dios. Nuestra fe comienza, en donde la misericordia nos alcanza, cuando Dios nos salva, nos rescata, nos saca de las tinieblas y dice: Ahora aquí, brilla para mí, ahí empieza nuestra fe. 2 Samuel 4.4; 2 Samuel 9:1-13. Es postrados que nosotros le conocemos, es humillándonos, que nosotros entendemos. Cuando nos adentramos a la palabra, somos transformados, podemos ver. Necesitamos aprovechar todos los momentos para adorarle.
Esta generación necesita entender que está encargada de permanecer llena del espíritu santo. Usted en la intimidad con Dios necesita llenarse, nadie lo puede hacer por usted. Mi invitación esta mañana, es a que usted tome la decisión hoy de llenarse de su Señor, de conectarse, de llevar una vida de oración real.
P.s John D. Lambraño
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