8 sept 2010

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EL PASTOR Y SUS OVEJAS

Me alegra ver este nuevo templo, los felicito, amo a sus pastores, son mis amigos del alma, hemos viajado juntos varias veces y siempre disfrutamos ese tiempo de comunión.

Esta mañana quiero exhortarlos en algo que tengo en mi corazón y está en el Salmo 23; que es el trato del Señor con nosotros hoy en día y su obra en la cruz que “ya” hizo por nosotros, y el Salmo 24, es lo que Él hará en la segunda venida. Yo quiero resaltar “unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”. Y hay tantas verdades en este salmo pero esta parte es de tremenda unción, Aquí David era un pastor de ovejas; él sabia algo de cómo pastorear ovejas pero para entender bien el salmo 23 debemos verlo con los ojos de un pastor del medio oriente; porque si lo vemos con nuestras mentes occidentales no vamos a entender de que están hablando. Es la vida de una oveja en un año en las cuatro estaciones del año; exactamente cada verso y medio va a una estación de la vida. Es el trato del buen pastor en nuestra vida cristiana, desde el nuevo nacimiento hasta nuestra muerte. Allí Dios quiere que vayamos creciendo en Él, más revelación de Él, más conocimiento de Él, somos más usados por Él. Obviamente la vida cristiana comienza cuando tú dices Jehová es mi Pastor., allí tú conoces al Señor, entra a tu corazón. En el verso 5: “Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” comienza la primavera, las ovejas están en el rancho, y comienzan a subir la montañas donde hay valles y mesetas; vamos de valles a mesetas para subir la montaña del Señor. Los valles son las pruebas de la vida y las mesetas tiempos de descanso, de alegría donde casi no hay problemas; pero la única forma de subir es atravesando las pruebas. A veces, las personas dicen yo quiero más fe, entonces prepárate para más problemas. Las pruebas vienen para ayudarnos a crecer en fe. Vamos de valles a mesetas. Dice la Biblia que si alguno está afligido que haga oración, y si alguno está alegre cante alabanzas. El valle es la aflicción y la meseta es la alegría; pero el buen pastor siempre va a guiar las ovejas.

Cuando las ovejas están en la meseta es el verano, pero en el verano hay algo que sucede, es la estación de las moscas, entran por la nariz y depositan huevos que se vuelven lombrices y pueden entrar al cerebro y matarlas. A veces, vuelven locas a las ovejas, van corriendo por todos lados y chocan con otras, o quieren saltar la cerca e irse lejos del rebaño, pero gracias a Dios hay una solución: EL ACEITE… “Tú unges mi cabeza con aceite”. En verano, el aceite funciona como un repelente que saca las moscas. Cuando se han ungido la cabeza de las ovejas se calman, descansan, pueden comer en paz; y obviamente el aceite es la unción del Espíritu Santo. Las ovejas también sufren de una dolencia que se llama “la costra”, que sale en la piel de la cabeza, porque allí la lana no es tan gruesa, pero esa dolencia es curada con aceite que el mismo pastor prepara, con un poco de azufre, aceite de oliva y otras especies para ungir la cabeza. Las ovejas son muy cariñosas y ellas pueden tocar sus cabezas con otras cabezas y cuando tienen la costra se la pasan a otras ovejas, porque es contagiosa. A veces cristianos cuando tiene la costra, les pica algo y si comienza la mezcla de pensamientos, de ideas, de opiniones; salen con “la costra”. A veces si todo el rebaño ha sido encostrado, el pastor hace una piscina de unción., toma sus ovejas, todo el rebaño y las hace marchar una por una, hasta que salen curadas. La unción nos hace pensar bien, nos levanta la cabeza y brillamos con esa unción. Al final del verano, es el tiempo de engendrar ovejitas, el cuello de los machos empieza a engrandecer y hay rivalidad, chocan cabezas y pueden darles dolor de cabeza; a veces, el choque es tan duro que pueden morir. Cuando el pastor ve esto, saca el aceite y de nuevo unge la cabeza de los más fuertes con un aceite diferente, que es más grasoso y cuando los van a chocar no les duele tanto. Cuando hay unción no vas a pelear, no vas a chocar. Si tenemos la cabeza ungida con aceite, el siervo del Señor no debe ser contencioso. La cabeza es la parte más difícil de ungir en la oveja, porque no hay mucha lana allí y se seca rápidamente; entonces los cristianos deben ungir continuamente su cabeza; mantenerse en un fluir continuo del Espíritu Santo, orar sin desmayar, buscar al Señor, orar en lenguas, en todas partes, todo el día. Cuando llega el verano, es tiempo de engendrar hijitos, de hacer discípulos, de crecer más, para engrandecer el rebaño, para predicar la Palabra, traer personas a la iglesia. Cristianos maduros, ovejas maduras van a reproducir.

En una encuesta de Gallup preguntaron: ¿qué necesitarías para ir a una iglesia cristiana? y la respuesta más común fue: “que alguien me invitara”. Entonces, a trabajar, La cosecha está lista!! Invítalos!” Comienza a reproducirte, trae ovejitas a la iglesia, haz discípulos. Esa es la señal de madurez en el Señor.

Luego viene el invierno, donde a veces hay tormentas de nieve, mucho frío, el buen pastor en medio oriente lleva una bolsa de brandy que es tipo de vino nuevo, y le da a las ovejitas en medio del frío para calentarlas. Ellas lo reciben con ánimo y les calienta el corazón. El mejor vino es el que viene del Señor, todo lo demás no me interesa, porque es inferior. A veces el Señor quiere dar un poco de brandy a algunos corazones fríos, que es la presencia del Espíritu Santo y nos llena de alegría, de paz, nos calienta el corazón, nos llena de vida.

Ester 1:7 habla acerca del rey que tenía una fiesta “Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino real, de acuerdo con la generosidad del rey”. Nuestro Rey en muy generoso, Él da vino nuevo en abundancia, unción en abundancia, según su generosidad. Note que el salmista dice: “mi copa está rebosando”. TÚ ERES LA COPA DEL SEÑOR, la copa que Dios usa para bendecir a otros, tú no eres el líquido pero eres la copa. Dios quiere ofrecer tu vida al mundo sediento, al mundo sin Cristo, sin Dios y sin esperanza… Al final. el Salmo 23 dice: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los día de mi vida”. ¿Cuántos creen que el final de tu vida este será tu testimonio? Cuando tu cabeza está ungida ese debe ser el testimonio de tu vida. Cuando el rebaño regresa al rancho es cuando todos iremos a nuestro propio rancho que es el cielo, allá vamos a volver, porque somos ciudadanos del cielo, somos extranjeros acá en la tierra, nuestro hogar es el cielo y allá estaremos morando para siempre.
En esta nueva etapa de su iglesia van a necesitar mucha unción, aceite fresco, para ir venciendo las moscas, las costras, los choques, y hacer la voluntad de Dios con alegría.


Pastor John David Lambraño

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