Todos los hombres estamos expuestos a ofensas. La palabra amargura proviene del griego que en su raíz quiere decir: punzadas, con algo pesado y fuerte que viene hacia mí. La amargura se produce como respuesta a una ofensa recibida. En Génesis 3 Dios le dice a Adán, ¿dónde estás tú con respecto a mi?
La amargura tiene la capacidad de extenderse paso a paso en una persona, hasta convertirse en su forma de vida. La persona no sólo se amarga sola sino que llama a algunos amigos: enojo, resentimiento, auto-conmiseración, venganza, rencor, paranoia, cinismo. La amargura es tomar un veneno y esperar que el otro se muera.
Prov. 6:12-15; 16-19… El que se junta con un amargado le llega la calamidad. El amargado siempre intenta destruir a otros.
Tres cosas que evitan desarraigar la amargura:
1-. El ofendido considera que la ofensa es culpa de la otra persona. Se auto-justifica y denigra la obra justificadora de Jesús. Rom. 5:1.
2-. Casi nadie ayuda a quitar la amargura de nuestras vidas. Siempre hay personas que alimentan el dolor.
3-. Exponer directamente el problema de amargura para ser restaurados, Gálatas 6:1… volver al origen para acomodar el hueso fracturado (que duele) e inmovilizar.
Generalmente cuando hay amargura, nos desquitamos con las personas más cercanas a nosotros.
Siete consecuencias de la amargura:
1. Contamina a otros, He. 12:15. Estorba, paraliza y contamina. Se alimenta y multiplica, pero hay que ir a la raíz.
2. Hace que se pierda la perspectiva real, Sal. 73:11-17. El remedio es entrar a la presencia de Dios. El amargado es legalista, dicen: “todo el mundo” o “nadie”.
3. La amargura se disfraza de sabiduría, Stg. 3: 13-15.
4. El espíritu de amargura da lugar al diablo, Ef. 4:26-27.
5. La amargura puede causar enfermedades: artritis, úlcera y asma.
6. Impide tener revelación de la gracia de Dios, He. 12:15.
7. Se une al espíritu de Absalón, 2S. 15:1.
Detrás de cada amargado hay un pecado oculto.
Remedios:
* Mirar la amargura como un pecado, no como un problema.
* Perdone inmediatamente la ofensa, así podrá tomar decisiones correctas; de lo contario, es una punzada que empieza a hincharse y no podrá pensar con cordura.
* Rehúse hablar del problema delante de cualquier persona.
* Rehúse hablar del problema constantemente ante otros.
* Rehúse hablar del problema constantemente ante usted.
SUSTITUYA EL RECUERDO POR LA PALABRA DE DIOS.
P.s John D. Lambraño
0 Reactions to this post
Add CommentPublicar un comentario