7 oct 2010

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VISIÓN DEL CUERPO DE CRISTO Y LOS MINISTERIOS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS Parte 2







Cnt 2:10  Mi amado habló, y me dijo: 
 Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 
Cnt 2:11  Porque he aquí ha pasado el invierno, 
 Se ha mudado, la lluvia se fue; 
Cnt 2:12  Se han mostrado las flores en la tierra, 
 El tiempo de la canción ha venido, 
 Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.


Yo creo que ha llegado un tiempo precioso en nuestra nación, donde DIOS  esta llamando a sus ministros e hijos a tener una relación cercana con El por medio de la persona del Espíritu Santo y lo que por años estuvo cerrado, bien cerrado como Jericò, donde se trato de seguir visiones y planes de hombres, donde nos conformamos con solo una experiencia sobrenatural, orar en lenguas, caer, levantarse, cantar o gritar, pero un país muriendo y esperando que nos manifestáramos como la iglesia en el libro de los Hechos, estoy totalmente seguro y no es un cliché que la voz de la Tórtola EL Espíritu Santo llego para quedarse entre y con nosotros, Argentina lo que viene es grande pongámonos en sintonia a nuestro amado y empecemos hacer las obra de Jesús y seguir escribiendo el Libro de los Hechos, la Biblia dice que estos tiempos serán mejor que los primeros; a Continuación comparto una visión de Tommy Hicks, notable evangelista, en 1961.




(2 Parte Profecia) 

Y este es el milagro de todo esto – este es el milagro glorioso de esto – que estas personas extendían sus manos, exactamente como el señor lo hizo, y parecía como si allí estuviera este mismo fuego líquido en sus manos. Mientras extendían sus manos, decían, “De acuerdo a mi palabra, se sano.”

Y mientras continuaban en este poderoso ministerio de final de los tiempos, yo no comprendía aún totalmente que era todo eso, miré al Señor y le dije, “¿Qué significa todo esto?” Y El me dijo, “Esto es lo que haré en los últimos días. Restauraré lo que destruyó la oruga, el pulgón, el revoltón, la langosta – yo restauraré todo lo que ellos destruyeron. Este pueblo mío, al final de los tiempos, avanzará. Como un ejército poderoso, cubrirá toda la faz de la tierra.”

Y como yo estaba a gran altura, podía contemplar todo el mundo. Y vi a estas personas ir y venir, por sobre toda la tierra. Repentinamente había un hombre en África, pero en un momento fue transportado por el Espíritu de Dios, y tal vez estaba en Rusia, o China, o América o algún otro lugar, y viceversa. Estas personas iban por todo el mundo, avanzando por entre el fuego, por en medio de pestilencia, y por donde había hambre en la tierra, Pero ni el fuego, ni le persecución, podía detenerles.

Tumultos llenos de odio vinieron contra ellos con espadas y pistolas. Y así como Jesús hiciera, ellos pasaron por entre ellos, sin que les pudieran dañar, pero siempre avanzaban en el nombre del Señor, y en cualquier parte que extendían sus manos, los enfermos eran sanados, los ojos de los ciegos eran abiertos. No hubo una oración muy larga, y después de que repasé muchas veces esta visión en mi mente, y pensé en ella muchas veces, me di cuenta que nunca vi una iglesia (edificio), ni vi ni escuché ninguna denominación, pero esta gente estaba avanzando en el Nombre del Señor de los Ejércitos. ¡Aleluya!

Y al marchar hacia delante, en todo lo que hacían, así como el ministerio de Cristo en el final de los tiempos, esta gente estaba ministrando a las multitudes sobre la faz de la tierra. Decenas de millares, aún millones parecían venir al Señor Jesucristo, cuando esta gente se paraba y daba el mensaje del reino, del reino venidero, en esta última hora. Era tan glorioso, pero sin embargo parece que había quienes se rebelaron, se llenaron de odio y trataron de atacar a los que estaban dando el mensaje.

Dios va a darle al mundo una demostración de Su poder en está última hora, como el mundo nunca ha visto. Estos hombres y mujeres, son de todos los niveles de vida, títulos o jerarquías no significarán nada.

Vi estos obreros avanzar por toda la faz de la tierra. Cuando uno tropezaba y caía; venía y le levantaba. No había un “Yo grande”, y “tu pequeño”, sino que cada montaña había descendido y cada valle fue exaltado, y todos parecían tener algo en común – había un amor divino, un amor que parecía fluir de estas personas mientras trabajaban unidos, y vivían juntos. Era el más glorioso espectáculo que jamás he conocido. Jesucristo era el tema de sus vidas. Ellos continuaban y parecía que  los días pasaban al levantarme y contemplar esta visión. Solo podía llorar, y algunas veces reír. Era tan maravilloso cómo estas personas iban por toda la faz de la tierra, manifestándose en este tiempo del fin.

Mientras observaba desde el cielo, había ocasiones cuando diluvios de esta luz líquida, parecía caer sobre grandes congregaciones, y esa congregación levantaba sus manos y al parecer, alababa a Dios por horas y aún días, como el Espíritu de Dios venía sobre ella. Dios dijo, “Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,” y eso es exactamente lo que era esto. Y cada hombre y mujer recibía poder, y la unción de Dios, los milagros de Dios, y no había fin a esto.

Hemos hablado de los milagros. Hemos hablado acerca de señales y maravillas, pero no puedo evitar el llorar, mientras leo una vez más esta mañana, a las cuatro de la madrugada, la carta de nuestros obrero nativos. Esto es solamente es la evidencia del principio para un hombre, un “bueno para nada, un ignorado, un desconocido,” quien va y extiende su mano y dice, “En el nombre del Señor Jesucristo, ordeno que la vida fluya en tu cuerpo.” Caí de rodillas y empecé a orar una vez más, y dije, “Señor, sé que esto sucederá, ¡y sé que viene pronto!”

Y una vez más, mientras esta gente avanzaba por la faz de la tierra, una gran persecución pareció surgir de cada ángulo.

Repentinamente, hubo otro potente trueno, el cual resonó por todo el mundo, y escuché una vez más la voz, la voz que parecía decir, “Esta es mi novia amada,” y cuando la voz habló, miré sobre la tierra y pude ver los lagos y las montañas. Los sepulcros fueron abiertos y gente de todo el mundo, santos de todas las edades, parecían levantarse. Y cuando se levantaron de la tumba, vinieron de todas direcciones. Del Este y del Oeste, del Norte y del Sur, y parecían volver a formar este cuerpo gigantesco una vez más. Mientras los muertos en Cristo se levantaban primero, difícilmente podía entenderlo. Fue algo maravilloso. Mucho más allá de lo que podría soñar, o imaginar.

Pero mientras este cuerpo empezó a tomar forma, tomó la misma forma de este poderoso gigante, pero esta vez era diferente. Estaba ataviado del blanco más hermoso y esplendoroso. Sus vestiduras eran sin mancha ni arruga al formarse el cuerpo, y gente de todas las épocas parecían haberse reunido en este cuerpo, y lentamente, poco a poco al estar formándose, llegó hasta los cielos, de pronto desde los cielos, vino el señor Jesús y se convirtió en la cabeza, y escuché otro trueno que dijo “Esta es mi novia amada, la cual he esperado. Avanzará y saldrá aún probada por fuego. Esta es la que he amado desde el principio del tiempo.”

Al observar, mis ojos de pronto se voltearon al norte, y vi lo que parecía se destrucción: hombres y mujeres en angustia y gritando, y edificios destruyéndose.

Entonces escuché otra vez, la cuarta voz que dijo, “Ahora, Mi ira es derramada sobre la faz de la tierra.” Desde los confines de todo el mundo, la ira de Dios era derramada, y parecía que había grandes vasos de la ira de Dios que eran derramados sobre la faz de la tierra. Puedo recordarlo, como si acabara de acontecerme. Temblé y me sacudí al contemplar ese espectáculo espantoso de ver las ciudades, y naciones enteras yendo a la destrucción.

Podía escuchar los lloros y lamentos. Podía escuchar a gente llorar. Parecían llorar, mientras iban a las cuevas, pero las cuevas en las montañas se abrían. Saltaban al agua, pero el agua no les ahogaba. No había nada que pudiera destruirles. Querían quitarse la vida, pero no podían.

Entonces, ora vez volví mis ojos a esta vista hermosa, este cuerpo ataviado en un blanco hermoso, vestiduras resplandecientes. Lentamente, empezó a levantarse de la tierra, y cuando lo hizo, desperté. ¡Qué visión había contemplado! Había visto los ministerios del final del tiempo – la última hora. Una vez más, en Junio 27, a las 2:30 de la mañana, la misma revelación, la misma visión vino exactamente como fue antes.

Mi vida ha sido cambiada, al reconocer que vivimos en ese tiempo del fin, por todo el mundo Dios está ungiendo hombres y mujeres con este ministerio. No será doctrina. No será religiosidad. Va a ser Jesucristo. Ellos hablarán la palabra del Señor, y dirán, “Lo escuché muchas veces en la visión, y de acuerdo a mi palabra, así será hecho.”

Oh pueblo mío, escúchame. De acuerdo a mi palabra, será hecho. Vamos a ser revestidos del poder y de la unción de Dios. No tendremos que predicar sermones, no tendremos que tener personas que nos molesten en público. ¡No tendremos que depender en el hombre, ni seremos solamente ecos de una denominación, sino que tendremos el poder del Dios viviente!

¡No temeremos al hombre, sino que avanzaremos en el nombre del Señor de los Ejércitos!

¿Puede usted ver lo que nosotros vemos? 
bueno es tiempo de pasar de los dichos a los HECHOS DEL ESPÍRITU SANTO.

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