8 sept 2010

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CONVICCIÓN DE FE

El 2009 es un año de cambio, los cambios traen nivelación; muchos están entrando en crisis. Son necesarias las crisis. Cambio es el resultado de la crisis. A los seres humanos no les gustan los cambios. El poder manejar la crisis va a determinar el éxito. La voluntad de Dios es que sepas manejar las crisis y que la conviertas en cambios para que traigan beneficio. Una crisis no viene a destruir sino a purificar y limpiar. Yo reo que esta crisis va a quitar toda cosa que no está cimentada en Dios; si estás cimentado en la Roca, tú vas a permanecer y van a salir de esta iglesia nuevas ideas, nuevos negocios, nuevos ministerios, nuevos trabajos. Puedes llegar a interpretar la crisis para tu beneficio. Dios quiere que seas igual a él. Tú no eres del mundo, no pienses como el mundo, piensa como el Reino de Dios. NECESITAS CONVICCION.

Volviendo a la Fe. La fe es el ingrediente que necesitamos para alcanzar las bendiciones que Dios tiene para nosotros; si pedimos en oración pero no tenemos fe, de nada sirve, Santiago 1: 6-7 claramente lo dice “Pero que pida con fe sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense pues, es hombre, que recibirá cosa alguna del Señor”. La fe es como un combustible que necesitamos para alcanzar las promesas de Dios, pero debemos tener “el tanque” lleno para lograrlo, a veces podemos tener fe, pero apenas un poco, y eso no basta para alcanzar la bendición de Dios, debemos pues procurar aumentar el nivel de nuestra fe y el nivel que debemos alcanzar es el de completa certeza o convicción. La definición de la fe dice: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, Hebreos 11:1.

Convicción, del griego “pleroforia”, que significa completa seguridad, la mayor certeza, la mayor seguridad de confianza, absolutamente convencido. Nuestra fe debe fortalecerse al punto que estemos plenamente convencidos, sino, de nada nos sirve, y por eso es que no recibimos lo que Dios quiere darnos; porque oramos y pedimos, no lleva el suficiente combustible que lo logre, recuerda la fe que triunfa es la fe que no duda, es decir, que tiene plena convicción de recibir lo necesitado. Cuando pedimos algo que sabemos que Dios ha prometido dárnoslo, pero todavía hay duda en nosotros, nos sentimos inseguros, estamos entre dos pensamientos, “y si no…”, “será que sucederá”, cuando estamos en esa actitud, simplemente nuestra fe no sirve de nada, debemos fortalecerla al punto de estar plenamente convencidos.

La convicción de Abraham. Dice la Escritura que Dios le dio promesa a Abraham que tendría un hijo, recordemos que él estaba ya viejo y su esposa era estéril: Romanos 4:20-22 “sin embargo respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios y estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo. Por lo cual también su fe le fue contada por justicia”. Notemos la fe de Abraham; una fe que no dudaba, una fe que le daba convicción de las promesas de Dios. Si amado hermano, necesitamos convicción para poder recibir la bendición de Dios en nuestras vidas. El apóstol Pablo les declara a los tesalonicenses que el evangelio no sólo es palabras, es un camino de fe (Romanos 1:17), pero una que lleva a plena convicción: 1Tesalonicenses 1:5 “pues nuestro Evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como sabéis qué clase de personas demostramos ser entre vosotros por amor a vosotros.

Necesitamos comprender. Para alcanzar el grado de fe que nos lleve a la plena convicción y a alcanzar todas las riquezas que Dios tiene para nosotros, necesitamos comprensión de las cosas de Dios. Abraham había comprendido que Dios era Todopoderoso; si aumentamos nuestra comprensión, aumentará nuestra fe. En Colosenses 2:1-2, el apóstol les dice que las riquezas proceden de una plena seguridad de comprensión.

En el mundo natural, cuando entendemos las cosas con la mente natural, sin meditar en ellas, como saber que el día y la noche siempre llegarán; en el mundo espiritual, es igual, cuando comprendemos las cosas con una mente espiritual, empezamos a tener convicción, ya no físicas como la de la rotación, sino las leyes espirituales del reino de Dios. Por ejemplo, cuando yo he aprendido que Dios no puede mentir, entonces me da la comprensión que aunque el cielo y la tierra pasen, su palabra no pasará, ya esta frase no será una oración solamente, será una convicción en mí. Hebreos 6:11-12 nos dice: “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena seguridad de la esperanza, a fin de que no seáis indolentes, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas”. Mis amados, sin convicción en nuestra fe, no podemos seguir firmes hasta alcanzar las promesas. La palabra “paciencia” en el pasaje anterior, indica constancia, permanencia, el poder de no cambiar de actitud frente a una crisis, dificultad o prueba, es permanecer estable sin alterarse, estar firmes esperando las promesas. Recuerda que la fe es la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos.

Pastor John David Lambraño

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