Lucas 8:18 dice: “Mirad pues como oís” Oímos la Palabra con el deseo de ponerla por obra y la recibimos no como palabra de hombres, sino como la Palabra de Dios, la cual actúa en los que creemos, para vivir vidas victoriosas (1ª. Tes 2:13).
Jesús es nuestro ejemplo en vida y ministerio. Él ministró como hombre ungido por el Espíritu Santo. Él caminó en poder, dominio y autoridad. El viento y el mar le obedecieron (Mc 4:35-41). Nosotros podemos hacer lo mismo: podemos acallar los vientos de temor, de emociones agitadas, de destrucción y de enfermedad que soplan en contra nuestra, pues hemos recibido según Romanos 5:17, la abundancia de su gracia y el don de la justicia para reinar sobre el diablo, sobre nuestra alma y cuerpo y sobre toda circunstancia y adversidad.
CONTROLANDO LAS FINANZAS
La Palabra de Dios en la boca de los que creemos, producirá resultados. Depende de nosotros cuánta bendición desatamos en nuestra vida. Nosotros tenemos la llave para cerrar o para abrir puertas (Mc 16:15-19), para desatar prosperidad y no permitir pobreza .La voluntad del cielo, es posible en la tierra. Todo lo que permitas en la tierra será permitido en el cielo. Hay voluntad del diablo, de nosotros y de Dios; así que podemos alinear nuestra voluntad a la de Dios para derrotar la del diablo. Dios tiene bendiciones disponibles para todos. Él no tiene hijos favoritos. Él no hace acepción de personas, pero si hace acepción de fe. Dependerá de nosotros mismos cuánta fe desatamos. Si hay fe débil en alguna área, la fortaleceremos con la Palabra.
Dios libra de tribulación y aflicción por la escasez financiera. (Fil 4:14-19). Dar y recibir es una llave para desatar prosperidad. Dios suplirá todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús, es el beneficio resultante del dar; así que también hay consecuencias por el no dar. La Biblia indica cómo dar a través del diezmo y la ofrenda. Salmos 78:19 y ss. nos refiere como el pueblo de Israel se quejó no obstante haber visto grandes milagros y prodigios. Dios los alimentó con provisión del cielo, con comida de ángeles. Dios pone mesa delante de nosotros; así que no olvidemos lo que Él ha hecho por nosotros La bendición de Dios viene en forma de semilla para alcanzar mucho fruto.
Usa la llave para que el buen tesoro del cielo se abra. No hay límites para recibir de parte de Dios. Nosotros ponemos los límites y de acuerdo con nuestra fe nos es hecho. Dios no es movido por necesidad, sino por fe; si fuera por necesidad todos sin excepción estaríamos con necesidades suplidas. Comienza donde está tu fe y cree. Si crees por nada, recibes por nada. La cosecha viene, pero es tu responsabilidad sembrar. ¿Quién siembra? Nosotros ¿Quién hace crecer? Dios ¿Quién cosecha? Nosotros. Metamos la hoz. La hoz es nuestra boca y con nuestra boca cosechamos lo que Dios ha provisto para nosotros. Es necesario tomar con la voz, habiendo creído y confesado. Tú tienes la llave, tú tienes el control. Tú permites o no permites. Derribemos toda frontera que hemos impuesto a través de nuestras palabras.
Rev John Romick.
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