Vamos a hablar hoy sobre distintos tipos de unción que Dios desata sobre nosotros y que no los reconocemos. Dios siempre ha frotado de él en nosotros. La palabra Unción significa “Frotar”. Dios frotó de Él en mí desde el vientre de mi madre. El sólo hecho de congregarnos, ya nos hace estar en un nivel más alto. Cuando nos ministramos unos a otros siempre se descubre que tenemos la unción, el frote de Dios en nosotros.
En Isaías 45: 1-4. Dios le pide un encargo a Ciro. Como Ciro ya murió, ahora tenemos que hacerlo nosotros para Dios, porque sigue vigente. Dios jamás te envía, sin capacitarte con su unción. Yo amo la Palabra, tiene tesoros para mi alma, no son superficiales; están escondidos en la palabra y nuestro Padre decidió dárnoslos, para que nosotros los descubramos. Veamos algunas tipos de unción:
1. Unción de la comunión. (comunicación, unión). Dios habla conmigo y yo hablo con Él, cualquier cosa que le pregunto, Él responde, yo le pido y Él me da. No hay intermediario, Dios me oye.
2. Unción de la compañía. Cuando Dios me toma por la mano derecha, con su derecha, Él me hace sombra. Nunca estoy solo, Él va conmigo, tengo su compañía; por eso la soledad con Dios es tu mejor compañía.
3. Unción de viajes. Para sujetar naciones, delante de Él. Continuamente nuestro espíritu está viajando. Nos dolemos con lo que sucede en muestra nación y en las otras del mundo. Nos duele el mundo que se pierde. Si disfrutamos la unción y autoridad en lo espiritual, el Señor nos llevará a las naciones, en lo natural, sujetando principados y potestades.
4. Unción de liberación. Para desatar lomos de reyes. Eso quiere decir que si pasas frente a un adicto, él siente la necesidad de salir de su problema, con sólo verte a su lado. Tú no lo ves hundido en el barro ni en la droga, sino que lo ves como un rey.
5. Unción de protección. Primero Dios abre la puerta y siempre va delante de nosotros, cuando ve lugares torcidos, los pone derechos para protegernos. ¿A qué le tienes miedo?, ¿A pararte delante de alguien y hablarle la Palabra? Dios endereza los caminos, soy yo el que ha dado el paso que no debí dar, el Señor siempre me protege.
6. Unción de fuerza. Tenemos el poder y la fuerza del Espíritu de Dios en nosotros. Esa familia dura, inconversa, que te critica, está recibiendo la Palabra. Proclamamos que esas puertas de bronce caen ahora, porque tú eres el ungido del Dios Altísimo y descubres que las puertas de bronce no valen nada, cuando está la unción en tu vida.
7. Unción de liberación y restauración. Isaías 61, manto de gozo en lugar de espíritu angustiado, y toda esa tristeza la saca Dios. Tú y yo somos restauradores de ruinas antiguas, levantamos los escombros de muchas generaciones. No importa lo que te hayan dicho que fueron tus bisabuelos, abuelos y padres, Dios te ha liberado y restaurado de toda cadena del pasado. Cerrojos y hierro se hace pedazos, porque la unción pudre los yugos de cautividad.
8. Unción de tesoros escondidos. Más que lo financiero, busca primero los tesoros escondidos de Dios en la Palabra. Dios jamás se olvida, Él no es deudor de nadie, si yo me ocupo de los asuntos de Dios, Él se ocupa de mí. Desea, pide con ardor los tesoros escondidos, ten hambre y sed de la Palabra, anhélalo iglesia, no importa de donde saliste, anhela la unción del Santo; al que Dios viene, no le echa fuera. Dios te va a dar lo que tienes que hablar.
Iglesia, has sido escogida entre millones en el mundo; renuncia en esta mañana a todas tus ataduras, para abrir delante de Él puertas que nadie puede cerrar. Puertas de bendición, de restauración, de vida, de gracia, de favor; puertas de oportunidades que nunca habías visto, para restaurar tu nivel espiritual. Cuando descubres esto, entiendes que nadie, nunca más, podrá despreciarte ni humillarte. En esta mañana dile: Aquí estoy Dios dispuesto a hacer tu voluntad.
P.s John David Lambraño
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