El cuarto de san alejo, la bodega, el garaje, el altillo, el ático, el sótano; es ese sitio especial para guardar cosas, cajas, tesoros, antigüedades, etc. ¿Sabe usted que su corazón puede ser como este lugar? Y cuando el corazón de un hijo de Dios está lleno de cosas, deja de ser buena tierra para la Palabra. Marcos 4:1-20 (Parábola del sembrador.)
1.- El corazón lleno de «cosas». El corazón como el pavimento, y el corazón pedregoso— ni siquiera dan fruto. los creyentes que son buena tierra y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno, son aquellos en cuyas vidas se expresa el reino de Dios; que ven la manifestación divina de sanidad, de abundancia, de milagros y de poder aquí en la Tierra.
En este grupo están aquellos que permiten que los «espinos» ahoguen la Palabra: Marcos 4:7. Esta clase de tierra «no dio fruto». Unos versículos más adelante, Jesús explica este tipo de corazón a sus discípulos: Marcos 4:18-1].
La mayoría de los cristianos vive aquí, en la clase tres. Son salvos, dirán que aman al Señor, sin embargo, viven vidas que no dan fruto. Según lo que dice Jesús, es porque sus corazones —al igual que mi bodega, están llenos de cosas.
2.- Lleno de afanes. El corazón lleno de cosas, no puede producir el reino de Dios en la tierra; no puede producir el fruto de sanidad, de prosperidad y de liberación que Dios desea traer a nuestras vidas.
Lo primero que Jesús cita es «los afanes de este siglo». Si uno está afanado, la fe nunca funcionará. Si desea cultivar un corazón que produzca cosechas a ciento por uno, deberá dominar los afanes y sacarlos de su vida.
Cuando comprende que el afán no viene de Dios, necesita tomar la decisión de andar por la fe en lugar del temor. Aprende que hay que echar toda ansiedad y afán sobre el Señor (1 Pedro 5:7].
La buena noticia es que si usted pone con diligencia la Palabra en su corazón y en su boca, para luchar contra los afanes, llegará el momento cuando esa Palabra y el conocimiento de la fidelidad de Dios, serán tan poderosos en su interior, que no tendrá que luchar más contra ellos. (Filipenses 4:7).
3.- Las necedades. Otra razón por la cual los que han nacido de nuevo, no dan fruto, ni reciben cosechas abundantes de bendiciones . Los afanes de este siglo significan también las «distracciones» de este mundo: Proverbios 15:14. *¿Qué significa ser necio? Entre las definiciones que el diccionario da, está: «ignorante, imprudente, terco y porfiado en lo que hace o dice». la mayoría de cristianos no ven el reino de Dios manifestarse en sus vidas con gran poder, porque pasan mucho tiempo alimentándose de necedades.
Cuando uno dedica más tiempo a consumir el entretenimiento del mundo que a meditar en la Palabra de Dios —cuando uno busca más la diversión que la comunión con el Padre—, el corazón empieza a llenarse de necedades. Jesús nos advirtió en cuanto a las distracciones del mundo y nos dijo que estas nos impedirán llevar fruto en el reino de Dios.
4.- Lleno de engaño. El otro espino del cual Jesús nos advierte es «el engaño de las riquezas». La gente religiosa lee esta parte del versículo y dice: ¡Ahí está! La verdad es que Dios no quiere que prosperemos. Esta es la misma gente que cita por error 1 Timoteo 6:10. En lo que se refiere a las riquezas, lo más importante es el orden de prioridades. Como Jesús lo dijo en Mateo 6:33: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».
Jesús nos advierte acerca de los tres tipos de «espinos», o cosas, que ahogan la Palabra y nos impiden ser la clase de creyente que da fruto al ciento por uno. Observe que el Señor nos advierte acerca de «las codicias de otras cosas». En definitiva, el corazón se llena de todas estas cosas porque no le damos prioridad a Dios y a su Palabra en nuestra vida. El corazón que está libre de cosas y que es buena tierra, para la semilla de la Palabra de Dios, es el corazón en el cual Dios y sólo Dios, está en el trono.
P.s John D. Lambraño
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