ETERNIDAD II

Tarde o temprano el hombre se enfrentará a la eternidad. El hombre decide a donde ir, al cielo o al infierno. Esta tierra es el único infierno que el creyente experimentara y el único cielo que muchos incrédulos vivirán. Que importante poder vivir una vida con significado, aunque muchos hoy están  viviendo la vida pendiente de todo, menos de su eternidad. Nuestro trabajo como iglesia es mostrar a las personas  que hay un infierno pero también un cielo hermoso y esplendoroso esperándolos. 

Cualquier cosa por mas hermosa que el ser humano pueda pensar, no tiene ni punto de comparación con la hermosura del cielo y la eternidad con Cristo. El cielo es la meta final para cada hijo de Dios. Es tan espectacular, tan hermoso que no hay palabras que lo puedan describir. La única forma para tener la seguridad que  iremos al cielo es por medio de Jesús. 

Sin Jesús hay muerte eterna. Lucas 20-27 habla  de  que Dios no es Dios de muertos  sino de vivos. Esa es nuestra expectativa. 

La muerte no es un castigo o una perdida para nosotros como hijos de Dios, es una promoción. 2 Cor 5-15:1: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos. Anhelamos el cielo, anhelamos salir de este mundo pasajero. Hay algo mejor, eterno, el cielo, nuestra morada final. 

Ap. 21:10 en el cielo, todos los caminos conducen a la presencia del Señor. 

Tendremos recompensa por cada cosa que dejamos o dimos para su reino y para su gloria. El cielo es un lugar donde no hay muerte, ni enfermedad, ni nada malo porque allí no hay tentador. El cielo es un lugar eterno para adorar. 

A manera de conclusión tengo aquí nueve razones por las cuales es bueno ir al cielo:

1. Recibiremos un nuevo cuerpo. 2 Cor 5-4
2. Viviremos en una mansión que Cristo nos preparó.
3. Comeremos comida de Ángeles.
4. Hablaremos con los hombres de fe de la Biblia ( Abraham, David, Pablo)
5. Nos reuniremos con los seres queridos que partieron antes de nosotros.
6. Vamos a vivir en un mundo perfecto.
7. No habrá más: llanto, dolor, tristeza, pobreza o necesidad.
8. Vamos a adorar eternamente y para siempre a nuestro Dios.
9. Vamos a ver a Dios cara a cara, a la trinidad perfecta.

Rev. John Romick